Si la moral originada en las religiones es siempre exclusivista y totalizante, exigiendo además obediencia a los creyentes, una moral capaz de mejorar la vida y de facilitar el desarrollo, incluso con aspiración de ser universal, no necesita de orígenes divinos y todo ser humano puede comprenderla en mayor o en menor medida sin acudir a ninguna "verdade revelada". Es más, desde el ateísmo se ha critica la moral religiosa, siempre absolutista, entendida como una verdad con mayúsculas, cuando en su nombre se han producido los mayores crímenes a lo largo de la historia; el ateo siempre considerará la moral religiosa como sospechosa, ya que detrás se encuentra la imposición y las mayores aberraciones hacia los no creyentes, por lo que acaba convirtiéndose en un instrumento de poder. Frente a los que consideran que una moral sin dios no puede darse, la lógica hace pensar que la humanidad, en los albores de su existencia, empezó a dar contenido a las normas morales y potenció así los instintos constructivos del ser humano; en caso contrario, no habríamos llegado hasta aquí. Con el devenir de la historia, la ideia de dios se fue haciendo innecesaria, por lo que una ética puramente humana, basada en la convivencia social, la justicia y la fraternidad, enemiga de todo dogmatismo, puede exigir un mayor compromiso con lo real. La creencia religiosa surge de debilidades y angustias humanas, muy comprensibles, pero son infinitamente más aceptables una incredulidad fundada en el esfuerzo por buscar la verdad, sin engaño alguno, y una moral fraterna, sin excusas sobrenaturales ni trascendentes. En esta línea, hay que recordar a Bertrand Russel cuando habla igualmente de renunciar al dogmatismo y adoptar la duda racional en todo ámbito humano; desde su punto de vista, ello ayudaría a erradicar los grandes males del mundo, ya que sin posiciones absolutistas resulta francamente difícil no considerar la gran responsabilidad que tenemos con el prójimo.
Present-day society is wholly based on the exploitation of the vast masses of the working class by a tiny minority of the population, the class of the landowners and that of the capitalists. It is a slave society, since the “free” workers, who all their life work for the capitalists, are “entitled” only to such means of subsistence as are essential for the maintenance of slaves who produce profit, for the safeguarding and perpetuation of capitalist slavery. Religion is one of the forms of spiritual oppression which everywhere weighs down heavily upon the masses of the people, over burdened by their perpetual work for others, by want and isolation. Impotence of the exploited classes in their struggle against the exploiters just as inevitably gives rise to the belief in a better life after death as impotence of the savage in his battle with nature gives rise to belief in gods, devils, miracles, and the like. Those who toil and live in want all their lives are taught by religion to be sub...