Quien no sabe decir de mí sino que soy ateo, no sabe nada de mí. La cuestión de si dios existe o no, la contraposición de teísmo y ateísmo pertenece a los siglos XVII y XVIII, pero no al XIX. Yo niego a dios. Esto quiere decir en mi caso: yo niego la negación del hombre. En vez de una posición ilusória, fantástica, celestial del hombre, que en la vida se convierte necesariamente en negación del hombre, yo propugno la posición sensible, real y, por tanto, necesariamente política y social del hombre. La cuestión sobre el ser o no ser de dios es en mi caso unicamente la cuéstion sobre el ser o no ser del hombre.
Ludwig Feuerbach
1804 - 1872