Bertrand Russell | 1872 - 1970
Yo no creo que la moral dependa de la religión tanto como cree la gente religiosa. Incluso creo que algunas virtudes importantes suelen más entre los que rechazan los dogmas religiosos que entre los que los aceptan. Creo que esto puede aplicarse especialmente a la virtud de la sinceridad o integridade intelectual. Entiendo por integridad intelectual la costumbre de decidir las cuestiones problemáticas en base a una prueba, o de dejarlas por decidir cuando la prueba no es concluyente. Esta virtud, aunque es menospreciada por casi todos los partidarios de cualquier sistema dogmático, es, para mí, de la mayor importancia social y probablemente esté más destinada a beneficiar al mundo que el cristianismo o cualquier otro sistema de creencias organizadas.
Cualquier sistema moral que tenga una base teológica se convierte en uno de los instrumentos a través de los cuales los poderosos conservan su autoridad y dañan el vigor intelectual de los jóvenes.